miércoles, 26 de marzo de 2008

Breve historia de Macana, o lo que va del proyecto...

Bueno, después de ese primer ensayo que cité en el post anterior, empezamos a juntarnos todos los sábados en un cuarto que Iván habilitó en su depa para instalar su aparatosa batería, con planchas de tecnopor en las paredes para minimizar la bulla en el edificio. Carlos y yo teníamos un par de temas que habíamos venido chambeando, cosa de alguna tarde en que nos reunimos a inaugurar su nueva computadora con programas para hacer música, y de eso se trataron esos primeros ensayos con Macana, que en ese entonces aún no tenía siquiera nombre.

Luego de barajar varias opciones, nos gustaron dos: “Cafeína”, porque era la única sustancia legal que nos permitía ensayar los sábados en la mañana casi de boleto, y “Macana”, una palabra tomada de un diccionario de peruanismos de Iván. Un vocablo quechua que significa algo así como “garrote” o “cachiporra”. Finalmente, nos quedamos con “Macana”, porque nos representaba mejor: un sonido rockero, que te agarra a “palazos” la cabeza, y hecho, además, en la tierra de los Incas.

Al toque saltó nuestra primera carencia: un vocalista. Ninguno de los tres había ejercido esa función en sus proyectos musicales anteriores. Ninguno se atrevía a hacerlo por primera vez en Macana. Así que empezamos a buscar prospectos.

Es así como llegó a nuestras filas Juan Pablo, un pata de la misma promoción del cole en que estudiamos Carlos y yo: Santa María. Carlos incluso había tenido una banda con él en épocas escolares, cuando Juan Pablo –según recuerdo- buscaba parecerse al más antipático de los hermanos Gallagher. Un día, JP cayó a uno de nuestros ensayos y se ofreció para el puesto. Nos juntamos. Hubo química. Él se aprendió los temas y los ensayos se hicieron más frecuentes. De todas formas, aún opino que él, en el fondo, todavía quiere parecerse al vocalista de Oasis. Fue una época divertida.

Después de grabar varios ensayos, nos dimos cuenta de que la voz de Juan Pablo no calzaba con nuestro estilo, muy a pesar de que lo consideremos un súper buen cantante. Una noche nos reunimos los tres integrantes iniciales y decidimos darle la mala nueva de inmediato. El “Gordo” lo tomó de la mejor manera y seguimos siendo patas. Pero de nuevo tuvimos que empezar la difícil búsqueda.

Desfilaron por la sala de Iván varias propuestas de vocalista, unos mejores que otros, pero ninguno llenaba nuestras expectativas. Fue entonces que decidí dejar los miedos atrás y lanzarme a cantar, tal como hacía en la ducha o en el carro, pero esta vez frente a un micrófono y en público. Mis compañeros de banda estuvieron de acuerdo con mi propuesta y empezamos a avanzar más rápido que nunca, los temas empezaron a salir como por arte de magia y pronto tuvimos un set decente para presentar en público.

Debutamos oficialmente el miércoles 21 de noviembre del 2007 en el sótano minúsculo del Bar Mochileros de Barranco, con un público integrado en su totalidad por familia y amigos nuestros. Repetimos el plato el 18 de diciembre y luego el 19 de enero de este año, siempre a local lleno (que no es nada difícil de lograr en un recinto cuyo aforo permitido es, según la municipalidad de Barranco, 25 personas como máximo).

Luego de estas primeras presentaciones, hemos empezado a trabajar en lo que será nuestro primer registro sonoro. Son 7 canciones, de las cuales ya hemos grabado la batería, el bajo y las guitarras. Estamos ahora chambeando las voces y queremos tenerlo todo listo para abril.

¿Será posible? ¿Quedará paja nuestra grabación? ¿Estaremos perdiendo el tiempo con todo? Yo no lo se, pero prometo contarles al detalle cada avance, retroceso y paso en falso de esta maravillosa aventura.

Nos leemos.

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